Ha fallecido, el pasado 28 de junio en Granada, nuestro querido compañero y amigo Gregorio Núñez Romero-Balmas. Destacado liberal y reconocido historiador económico, su vida profesional y académica ha estado profundamente ligada al estudio del desarrollo económico y social de Andalucía, su tierra natal. Nacido en Almería, pero granadino de adopción, desarrolló la mayor parte de su carrera en la Universidad de Granada, donde dejó una huella imborrable durante más de cuatro décadas de docencia e investigación. Ocupó cargos de gran responsabilidad como director de departamento y decano, y lideró distintos proyectos de investigación como investigador principal (IP), siempre con un enfoque riguroso, comprometido y profundamente humanista.
El Instituto Universitario Europeo de Florencia fue un lugar especialmente significativo para él. Allí vivió una etapa fecunda de investigación y crecimiento personal, y guardó siempre un grato recuerdo de su estancia en Italia, tanto por la calidad intelectual del entorno como por el disfrute vital que supo encontrar en la experiencia.
Quienes lo conocimos de cerca debemos destacar, además de su brillantez académica, su carácter afable, su lealtad inquebrantable hacia sus amigos y una calidez humana que lo hacía entrañable. Gregorio fue, sin duda, un académico de referencia y un amigo de los que dejan huella. Su legado intelectual y personal seguirá vivo en quienes aprendimos de él, trabajamos a su lado o simplemente compartimos con él la vida. Porque si algo le gustaba a Gregorio era vivir y compartir la vida.
Gregorio Núñez Romero-Balmas nos ha dejado a una edad que hoy consideramos prematura, con apenas 72 años. Su partida interrumpe una trayectoria intelectual plena y fecunda, marcada por una dedicación constante a la historia económica, disciplina en la que fue una figura de referencia. A lo largo de su carrera, sus investigaciones abarcaron una amplia gama de temas que permiten comprender la evolución económica y social de España, y especialmente de Andalucía, desde una perspectiva rigurosa y comprometida. Gregorio tenía una visión crítica pero esperanzada del progreso, siempre desde una perspectiva que defendía la libertad individual, el conocimiento como motor de transformación y el respeto por la verdad histórica.
Estudió con profundidad cuestiones clave como los servicios públicos municipales, especialmente el desarrollo urbano a través de la electrificación, los tranvías, la gestión del abastecimiento de agua, el turismo o el sector de los seguros…; mostrando siempre una notable capacidad para conectar los fenómenos locales con las grandes transformaciones estructurales del país. Asimismo, uno de sus aportes más relevantes tuvo lugar en el ámbito de la historia empresarial, disciplina que ayudó a consolidar e impulsar en España cuando aún era incipiente. Su labor en este campo no solo amplió las fronteras del conocimiento, sino que también contribuyó a formar nuevas generaciones de investigadores que hoy continúan esa senda. Aquí quisiéramos destacar cómo Gregorio estuvo muy vinculado a la historia ferroviaria, en especial a través de sus investigaciones sobre los tranvías no sólo en Granada, sino también en el conjunto de Andalucía. En este sentido, mantuvo un contacto muy estrecho con muchos miembros de la Asociación Ibérica de Historia Ferroviaria, habiendo participado incluso en alguno de los congresos de Historia Ferroviaria.
Su obra no fue solo académica: fue también un ejercicio de compromiso con la verdad histórica, con el análisis crítico y con el desarrollo de herramientas para entender mejor el pasado económico, como base para construir el futuro. Su legado queda como un testimonio vivo de su vocación investigadora, su agudeza intelectual y su profundo amor por su tierra. Descanse en paz.
Leonardo Caruana de las Cagigas
Carlos Larrinaga Rodríguez
Juan Manuel Matés Barco